Detectives de la Brigada Investigadora de Delitos Económicos de Chillán, con jurisdicción en las 21 comunas de la Región de Ñuble, alertaron ante posibles estafas asociadas a los robos de celulares, que implica que desconocidos hagan uso de contraseñas, cuentas bancarias y hasta la identidad digital de las víctimas para conseguir dinero de forma fraudulenta.
Con la campaña educativa denominada “Tu smartphone es la entrada a tu bolsillo ¡Cuídalo!”, la PDI busca crear conciencia en la comunidad de algunas modalidades recientes de estafa vinculadas al extravío o robo de teléfonos inteligentes, así como también entregar recomendaciones a los usuarios de estos dispositivos frente a nuevos delitos.
El jefe de la Bridec Chillán, subprefecto Sergio Lara, planteó que los avances de la tecnología permiten que hoy tengamos en nuestros smartphones una gran cantidad de servicios en línea, como productos bancarios, aplicaciones de pago, redes de contacto personal y laboral, por citar algunos. Tal es la cantidad de información que éstos contienen, que su extravío o robo puede tener insospechadas consecuencias si caen en manos de delincuentes especialistas en todo tipo de estafas.
De acuerdo al análisis de la PDI, en el último tiempo ha proliferado una modalidad de fraude cuya materialización comienza desde el momento en que personas desconocidas roban o hurtan celulares en la vía pública, para luego acceder a las cuentas bancarias, correos electrónicos, imágenes y otra información, logrando obtener fraudulentamente las claves almacenadas en los dispositivos, lo que en definitiva permite materializar cuantiosas transacciones bancarias y fraudes a través de WhatsApp.
¿Cómo operan?
De forma selectiva los delincuentes realizan una búsqueda de víctimas que se encuentran haciendo uso de sus teléfonos celulares en la vía pública, concretando los delitos de Robo con violencia, intimidación o hurto, logrando obtener los equipos telefónicos de las víctimas, con la finalidad de acceder a las cuentas de usuarios y claves que se encuentran almacenadas en sus dispositivos.
Para poder acceder a la información del teléfono, los imputados no apagan el equipo ni sacan el chip, por el contrario, comienzan a manipularlo de forma continua para evitar que el dispositivo se bloquee, de esa forma evitan que se pida clave de usuario. Al ingresar a las cuentas bancarias de sus víctimas, realizan cuantiosos movimientos
bancarios, transfiriendo dinero a terceras personas, generando compras en el retail u otros comercios donde se utilicen tarjetas de crédito y débito de forma digital.
Del mismo modo, otra arista del delito se relaciona con el potencial acceso a las aplicaciones de mensajería instantánea como Messenger de Facebook y WhatsApp, solicitando dinero a los contactos existentes a través de la modalidad conocida como “el cuento del tío” utilizando la identidad digital de las personas.