La Diócesis de Chillán hace un llamado para que no se dejen engañar por cobros económicos o petición de donativos.
La Diócesis de Chillán emitió una alerta sobre la presencia de un falso sacerdote en la zona de San Carlos, Región de Ñuble, quien estaría oficiando misas y celebrando bautismos sin pertenecer a la Iglesia Católica.
Según el comunicado emitido por el obispo Sergio Pérez de Arce, el falso cura fue identificado como Luis Arturo Bravo Vega y pertenecería a una denominada Iglesia o Congregación Misionera Católica Apostólica de la Cátedra de San Pedro, que no está en comunión con la Iglesia Católica.
La autoridad religiosa hizo un llamado a los fieles a dirigirse a sus respectivas parroquias para hacer sus eventos sacramentales.
A través de un comunicado publicado en redes sociales, el Obispado de Chillán dijo a la comunidad cercana a la comuna de San Carlos y, particularmente a la Población Los Poetas, que «el Sr. Luis Arturo Bravo Vega no es sacerdote católico».
«Él oficia Misas y celebra bautismos, según el modo de la Iglesia católica, pero esos sacramentos no son válidos desde el punto de vista de nuestra fe, por no tener el Sr. Bravo el orden sacerdotal ni ser parte de nuestra Iglesia», agregó la entidad.
Además, explicó que «él pertenece a una denominada Iglesia o Congregación Misionera Católica Apostóica de la Cátedra de San Pedro, que no es parte ni está en comunión con la Iglesia Católica».
«Reiteramos que ningún sacramento celebrado por el Sr. Bravo, desde el punto de vista de la fe católica, es válido, y los fieles católicos que quieren mantenerse fieles a su fe deben abstenerse a celebrarlos o de pedir al falso sacerdote una asistencia religiona», aseveró el Obispado.
Además, la Diócesis de Chillán hace un llamado a los vecinos de San Carlos para que no se dejen engañar por cobros económicos o petición de donativos por parte del Sr. Bravo.
«Ante cualquier duda o necesidad de celebraciones sacramentales católicas, los fieles pueden dirigirse a sus respetivas Parroquias», cerró el comunicado firmado por Sergio Pérez de Arce, obispo de Chillán.