Las infecciones respiratorias presentan un importante aumento durante la temporada de otoño-invierno.
Los virus respiratorios se designan a aquellos cuya acción se ejerce presentemente en los órganos del aparato respiratorio, dando lugar a enfermedades caracterizadas por su gran transmisibilidad, ocurrencia elevada y tendencia estacional.
Las infecciones virales respiratorias se diseminan mediante el contacto con gotitas provenientes de la nariz y garganta de una persona infectada, las gotitas entran al aire cuando una persona infectada tose o estornuda. Estas gotitas contienen el virus, son fáciles de inhalar ya que circulan aproximadamente a un metro de distancia de quien las está eliminando.
Paola Pinilla, enfermera especialista en pediatría y académica de la Facultad de Medicina, abordó esta temática refiriéndose a la importancia de tomar las medidas preventivas necesarias para evitar la propagación de distintos virus que circulan en esta época del año.
“Las medidas preventivas útiles son las que aprendimos con la pandemia del COVID como: lavado frecuente de manos, evitar visitar a personas que estén enfermas, estornudar cubriendo nariz y boca, ocupando el codo y no las manos. Asimismo, ventilación de la vivienda, evitar fumar, evitar aglomeraciones en especial en época de aumento de la circulación de virus respiratorios”, señaló.
Los grupos más propensos a contraer patologías respiratorias graves producto de infecciones por virus respiratorios son los menores de 5 años, las personas mayores de 65 años y los enfermos crónicos.
Respecto a los virus circulantes más frecuentes según el Instituto de Salud Pública actualmente son: rinovirus influenza tipo A, parainfluenza, rinovirus metaneumovirus, adenovirus, virus sincicial respiratorio y SARS-Cov-2.
Sin embargo, en las últimas dos semanas se ha registrado un aumento significativo en enfermedades como influenza tipo A, siendo el grupo de edad más afectado entre los 5 y 14 años, también el aumento de la circulación de rinovirus.
La académica, mencionó la diferencia que existe entre ambas enfermedades: “Las infecciones por rinovirus son las que causan el resfriado común, el rinovirus es el virus respiratorio más común en escolares y en adultos: dos tercios de los resfríos comunes son responsabilidad del rinovirus. Este virus se manifiesta con estornudos, congestión nasal, fiebre leve o sin fiebre, dolor de cabeza y garganta, tos, decaimiento y disminución del apetito. Mientras que la influenza, es una infección viral que afecta a la nariz, la garganta, los bronquios y ocasionalmente los pulmones, tiene un período de incubación de 1 a 4 días desde el contacto. En algunas personas se presenta también secreción nasal, náuseas y vómitos”.
“La influenza se considera un problema de salud pública por su elevado potencial epidémico, que se traduce en una demanda elevada de atención ambulatoria y hospitalaria, así como en el número de fallecimientos que ocasiona especialmente en los grupos de riesgo”, agregó la especialista.
Actualmente se encuentra vigente la campaña de vacunación contra la influenza y COVID, cuya finalidad principal es evitar los casos graves y complicaciones derivadas, especialmente para los grupos objetivos que han sido determinados por el Ministerio de Salud, como, por ejemplo, personas mayores de 60 y más años; personas con patologías crónicas, personal de salud; niños y niñas desde los 6 años hasta 5° año básico; docentes y asistentes de la educación preescolar y escolar hasta 8° año de enseñanza básica, entre otros.
Paola Pinilla entregó recomendaciones de cómo preparar el sistema inmunológico para la llegada del invierno. “Medidas ya conocidas y probadas para favorecer el sistema inmunológico, son mantener una alimentación saludable, que contenga frutas y verduras idealmente 5 colores distintos de estas al día, por los nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y fibra dietética, aumentar el consumo de agua, proteínas vegetales y animales de buena calidad, aumentar en lo posible la actividad física, procurar tener un sueño reparador”.