Las quemaduras más frecuentes son provocadas por estufas, hervidores, tazas de té, contacto con planchas de pelo o ropa, y el incorrecto uso de guateros.
Las vacaciones de invierno es la época donde aumentan los accidentes por quemaduras entre los niños en sus casas, debido a que ellos pasan más tiempo en el interior del hogar y los expone a mayores riesgos de quemaduras domésticas.
Paola Pinilla, enfermera y académica de la Facultad de Medicina UCSC, explicó que “las quemaduras son lesiones en tejidos vivos causadas por diversos agentes físicos, químicos y biológicos, que van desde eritema simple hasta la destrucción total de las estructuras”.
De acuerdo a estadísticas de Coaniquem, las quemaduras son un problema relevante de salud pública en Chile, con más de 80.000 niños que se queman cada año. Las quemaduras constituyen la mayoría de las consultas de urgencia en niños, representando el 60% del total, además el 90% de estos incidentes ocurren en el hogar y afectan en mayor cantidad a menores de 5 años, siendo las manos las extremidades más comprometidas.
En niños chilenos, las quemaduras son la tercera causa principal de hospitalización y muerte por trauma. La tasa de mortalidad en países de ingresos bajos y medios es mayor que en países de altos ingresos, siendo los niños preescolares los más afectados. Tanto en la etapa aguda como en la rehabilitación, las quemaduras generan sufrimiento, altos costos en rehabilitación y pueden causar daños emocionales, sociales, de crecimiento, desarrollo y estéticos a largo plazo.
La académica Paola Pinilla señaló que “las quemaduras térmicas son las más frecuentes y se producen por contacto con un sólido caliente que generalmente provoca una quemadura profunda, pero poco extensa. Por ejemplo, al estar en contacto con estufas móviles o de combustión lenta o contacto con superficies como planchas de ropa o pelo, y uso incorrecto de guateros”.
“Las quemaduras térmicas también pueden producirse por un líquido caliente que es más extensa pero habitualmente menos profunda. De entre estas últimas destaca la escaldadura (o quemadura por contacto con un líquido caliente) que es el mecanismo más frecuente de quemadura térmica, por ejemplo, en el volcamiento del hervidor y líquido derramado. Otro tipo serían las quemaduras provocadas por fuego como incendios o accidentes al jugar con él, y quemaduras de origen eléctrico producidas por conexiones eléctricas defectuosas”, agregó.
Procedimientos
En el caso de que un niño sufra una quemadura, en primer lugar, es necesario alejar o eliminar la fuente de calor y enfriar las zonas lesionadas con agua potable a temperatura ambiente durante el tiempo necesario para aliviar el dolor que suele ser de 10 a 20 minutos.
Mientras que, en quemaduras eléctricas, es fundamental desconectar la fuente de energía antes de tocar al paciente para evitar descargas a la persona que está ayudando. Se deben quitar prendas u objetos que comprimen la piel, como anillos o collares, y en quemaduras extensas, solo se debe retirar la ropa suelta y no adherida para evitar mayor dolor. Posteriormente, se debe cubrir la zona quemada con paños limpios y secos.
La enfermera Pinilla enfatizó que “es importante evitar el uso de cremas, ungüentos u otros remedios caseros, ya que pueden contaminar, profundizar o infectar las heridas, dificultando su evaluación y tratamiento inicial. Independientemente de la gravedad de la quemadura, es relevante que sea evaluada por el personal de salud capacitado para evitar posibles complicaciones futuras que puedan provocar secuelas estéticas o funcionales, por lo tanto, el niño debe ser trasladado a un centro asistencial de salud”.
Prevención
Para prevenir quemaduras, la especialista pediátrica entregó diversas recomendaciones como: que los niños no jueguen en la cocina mientras se preparan alimentos, mantener mangos de ollas y sartenes hacia dentro de la cocina, alejar líquidos calientes y no consumirlos si es que se encuentra con un niño en brazos, verificar continuamente el buen estado de enchufes y artefactos eléctricos, mantener a los niños alejados de estufas, hornos y artefactos que emiten calor, entre otros.